Construcción de coches de juguete de madera para la "Operación Niño de la Navidad" en EE. UU.
By Samaritan’s Purse, International Relief Ministry
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Publicado por cortesía de Samaritan's Purse, International Relief Ministry
Hace más de 50 años, la familia Postema compró diez acres de bosque en el oeste de Michigan (EE.UU.). Altos y esbeltos ejemplares de pinos blancos, arces, tulíperos y álamos híbridos salpican el exuberante y ondulado paisaje que rodea la hermosa casa artesanal de Ken, que él mismo construyó.
"Algunos de estos álamos híbridos los planté hace 30 o 35 años", dice Ken. "Pero hasta el año pasado, ¿cuál era la razón por la que los planté?".


El año pasado, Ken fabricó 10 mil cochecitos de juguete de madera, todos ellos de álamos híbridos y pinos blancos derribados en su finca. Uno se pregunta: ¿por qué hizo tantos? Pues para las cajas de la Operación Niño de Navidad, por supuesto.




La Operación Niño de la Navidad es un proyecto benéfico iniciado en el Reino Unido en 1990. Tres años después, se fusionó en un iniciativa conjunta con Samaritan's Purse, una organización de ayuda internacional. La idea es enviar regalos de Navidad a los niños afectados por la guerra, la pobreza, las catástrofes naturales, el hambre y las enfermedades. Cada mes de noviembre, durante la Semana Nacional de Recogida, la gente dona y recoge cajas de zapatos llenas de pequeños juguetes, artículos de higiene y material escolar para hacer llegar estos sencillos regalos a los niños.
Por eso, en 2021, Ken Postema fabricó 20 mil coches de juguete de madera. Ken, de 69 años, es un editor de libros jubilado que lleva toda la vida dedicándose a la carpintería y a otras actividades creativas. Cuando era adolescente, fabricó karts y una bicicleta eléctrica e incluso llego a fabricar su propio dormitorio. Ken aprendió a trabajar la madera de su padre, un fabricante de muebles.
"Siempre estaba observando a mi padre, y él compartía conmigo muchos, muchos métodos, procesos y formas de trabajar", comenta Ken. Ahora, su padre, Robert, de 91 años, ayuda a poner los ejes y las ruedas en los coches que Ken fabrica. Desde abril, ha ayudado a montar más de 17 mil cochecitos de juguete, lo que supone una media de unos 100 al día. "Esta actividad le ha dado nuevas fuerzas y un motivo para levantarse cada mañana", dice Ken. "Le estimula saber a dónde van los coches y en qué consiste la misión".


Llenando cajas por primera vez
Hace tres años, Ken no sabía mucho sobre la Operación Niño de la Navidad. Pero cuando un amigo invitó a Ken y a su mujer, Laura, a una fiesta de empaquetado de cajas , empezaron a hablar y se dieron cuenta de que, con las habilidades de Ken para trabajar la madera, podrían crear artículos únicos para poner en esas cajas de zapatos. Pero, ¿cuáles serían esos objetos?
Laura, maestra jubilada, había ayudado a empaquetar cajas cuando daba clases en un instituto alternativo y pudo ver el impacto que eso tenía en sus alumnos. "Mis alumnos procedían de todo tipo de entornos", dice Laura. "Muchos de ellos bastante desfavorecidos. Algunos habían tenido una infancia complicada. Pero la oportunidad de llenar cajas de zapatos fue increíble para ellos. Sabían lo importante que era que alguien les quisiera. Fue increíble".




La tienda de coches de Navidad del abuelo
A principios de 2020, Ken empezó a crear coches en su granero, que sus nietos rápidamente apodaron "la tienda de coches de Navidad del abuelo".








"Empezamos recogiendo un tronco que ha sido derribado en el bosque. Luego se pone en un aserradero y se corta en bloques de dos por cuatro pulgadas. Las piezas se secan al aire libre durante al menos seis meses", explica Ken.








"Posteriormente, se pasan por una moldeador y cepillo de cuatro lados y se perfila el coche. Los bloques moldeados se llevan a una sierra de corte donde se cortan los coches individuales. A continuación, los coches pasan a una hormigonera con esponjas de lijado. Quince minutos más tarde, todos están lijados. En ese momento, pasan a un taladro de ejes hecho a medida, donde puedo perforar hasta mil coches en una hora".




Después de taladrar los agujeros de los ejes, Ken involucra a otras personas en el proceso. Además de su padre, Ken cuenta con la colaboración de sus siete nietos así como de varios vecinos. A cada uno de ellos les da un lote que contiene 100 coches, 400 ruedas y 400 clavijas para los ejes, para que las ensamblen.


Una vez montados los coches, los sumergen en aceite mineral que los protege de los arañazos y evita que la suciedad se adhiera.
La mayoría de los coches que fabrica Ken se envían a varios centros de procesamiento de la Operación Niño de la Navidad para llenar cajas de zapatos que llegarán a niños de Sudamérica, Europa del Este, África y el Pacífico.


"Este proyecto es una forma de que mi familia y yo devolvamos algo a los demás. Igualmente importante es el placer que sienten mis amigos y mi familia al contribuir a este proyecto. Desde nuestros nietos, que ayudan en pequeñas cosas, hasta mi padre, de 90 años, que ha encontrado un nuevo propósito en la vida, este proyecto ha tenido un impacto mucho mayor de lo que esperábamos", señala Ken.


Ken ya está trabajando en la fabricación de coches para las cajas del próximo año. "Espero que podamos animar a otros carpinteros a participar para que podamos hacer un millón de juguetes, cada uno de los cuales supone un gesto de amor hacia los niños".
Más información sobre la Operación Niño de la Navidad.
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